Quedarme a quejarme de que la vida apesta: todo el día, todos los días;
Quejarme de que ser marginado triste pobre feo huevón, y que todo me sale mal.
La vida es una mierda.
O ponerme de pie, cambiar en mí lo que me jode, y hacerles caso a los que creen y tienen fe en mí.
Entonces... podía correr el riesgo de gastarme la vida quejándome, y nunca empezar a vivirla...
Así que opté por la segunda opción...
Y en verdad descubrí cuanto valgo y de cuanto soy capaz...
Y descubrí si no fuera por esos malos momentos, ahora no apreciaría a quienes están a mi lado... ni sabría apreciar los buenos momentos en mi vida.
No sólo les demostré a los que creyeron en mí lo que valgo... me lo demostré a mí mismo.Sé quien quieras ser.
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4 comentarios:
Oye, pues que bien eso de redimirse ante la vida, eso te ahorra muchos exabruptos que podrían joderte aún más la existencia ¡creeme!.
Animo y un saludo!!
Wao amigo! Animos! Animos!!!
Claro que si, viva el optimismo!!!.
Fuerza y siempre mirando adelante y hacia arriba... adelante con el optimismo!
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